Siempre
fui muy curioso en la cocina, pero debo confesar que no tengo la menor
vocación. Ya mi señora es excelente cocinera y más, recibida en Nutrición. Para llegar a equipararme a ella, es que
estoy haciendo curso de gastronomía.
Los
primeros frutos de mi estudio empezaron tímidamente. En este domingo, 25 de
marzo, ella y yo fuimos para la cocina.
¿Qué
hicimos? Un pastelón de pollo muy rico. Yo hice la masa y Cássia el relleno.
La
masa es muy fácil: se mezcla en un tacho u olla 6 tazas de harina de
trigo, 6 cucharitas de polvo de hornear, 2 cucharitas de sal y 160 gramos de
margarina. Una vez bien homogénea, se estira la mitad de la masa en una bandeja
engrasada. Se pone el relleno y se cubre con la otra mitad de la masa.
El
relleno de mi amada fue hecho con pollos en filetes, tuco (extracto) de tomate,
cebolla, ajo, albahaca, todo bien mesclado y por cima 2 paquetes de crema
de leche.
Me
olvidé de decir que la masa queda 30 minutos descansando en la heladera y el
tiempo de horno es de 30 minutos en alta temperatura.
Para
quedarse más bonito, pusimos unas pinceladas de huevo y azúcar arriba del
pastelón haciendo un corazoncito con filetes de masa que habían sobrado. Ya pienso en hacer esa receta con manzana
con canela como relleno.
En breve, les relataré nuevas experiencias
gastronómicas. Volveremos. jejeje
Primo, palangana no!!! Acá la palangana es para lavarse los pies, jajaja. Y mezclar con z.
ResponderEliminar"Se pone" en vez de "ponese" (en español antiguo estaría bárbaro).
Pero debo decir que es excelente tu castellano, ya te lo he dicho.
¡Gracias! prima, ahora, la palangana es mía y hago lo que quiera con ella jajaja
ResponderEliminarJajajaaaaaaaaa.Bueno, dije pies por decir algo que se lava allí, pero hay otras opciones, jajaja
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